
En la época del antiguo imperio romano, el entretenimiento era gratuito, subvencionado por las autoridades para mantener al populacho contentito y entretenido, pero con su caída y el surgimiento de las nacionalidades, esta subvención comenzó a ser cara y los dineros hacían falta para otros menesteres, como por ejemplo…someter a ese populacho y conquistar nuevos populachos.
En este nuevo orden, nació el entretenimiento comercial. Las obras de teatro, las competiciones, los conciertos musicales, el circo…todo comenzó a ser un negocio. Y desde entonces, no solo ha continuado esta mecánica…sino que se ha ampliado hasta el punto que para correr un maratón popular hay que pagar (costo de recuperación, lo llaman).
Hoy tengo ánimos para escribir uno de esos aburridos artículos de opinión sin fotitos ni dibujitos. Quisiera hacer un breve recorrido de como las nuevas tecnologías han cambiado nuestra forma de acceder al entretenimiento (en especial al multimedia), pero no en los modos en la que los comerciantes siguen comercializándola. Dando vueltas en una cinta de Moebius aberrante.
Durante muchos, muchos años, el teatro fue una de las formas en las que la gente se han entretenido. Cuando nació el cine, el teatro sufrió un golpe muy duro. Ver una película de cine era más barato que una de teatro porque la inversión en una película era mucho menor…se pagaba solamente una vez a los actores y los escenarios solo se montaban una vez también…no como en las obras de teatro que había que invertir en escenarios y actores en cada representación. Además, con el cine se podía mostrar la misma obra en varios lugares al mismo tiempo...no como en el teatro que solo se podía hacer una representación en un solo lugar…comercialmente era un negocio redondo y así nacieron los estudios cinematográficos, los directores, las estrellas de cine…muchos teatros se transformaron en salas de cine.
Pero nada se mantiene inmutable para siempre. Y nació la televisión. Con el tiempo logró comerle buena parte del mercado a los entretenimientos físicos. Se comenzaron a ver películas…se comenzaron a hacer películas a trozos (series). Podíamos ver conciertos, películas, eventos deportivos, noticias en vivo…El entretenimiento se concentró en una cajita mágica y no necesitábamos salir de casa.
Al principio los servicios televisivos eran mantenidos por los gobiernos. No entraré en los motivos( a veces políticos y a veces comerciales), solo comentar que mantener un servicio de televisión requería mucha inversión…mucho dinero que solo los gobiernos podían sufragar hasta cierto punto. Una de las primeras formas de monetizar la televisión era con métodos bien conocidos…publicidad.
Cuando la tecnología comenzó a ser cada vez más asequible, nacieron las cadenas televisivas privadas…ya el monopolio del entretenimiento multimedia no pertenecía a los gobiernos y los privados se hicieron con el mercado a base de ofrecer diversidad y contenidos exclusivos. Pero esa inversión había que rentabilizarla…y nuevamente se acudió a lo más cómodo y rápido, a lo que los comerciantes mejor dominaban…la publicidad. Llegamos a un punto en el que en vez de una película interrumpida de vez en cuando por un anuncio comercial…terminábamos viendo una serie de comerciales interrumpida por un trocito de película.
La publicidad terminó por ser tan poderosa que muchos eventos deportivos acomodaban sus horarios a los que los comerciales ordenaban.
Durante décadas esa fue la situación. La gran ventaja para los comerciantes del entretenimiento era que no había alternativas más allá de ver la misma publicidad en diferentes canales…pero era gratuito para el televidente…la inversión del usuario era la compra del televisor y ya.
Pero en esta ecuación se introdujo un nuevo elemento que cambiaba las cosas. El VHS.
Con el VHS podíamos comprar películas al gusto…ya no dependíamos solamente de lo que quisiera emitir un canal televisivo. Y de comprar películas a simplemente rentarlas solo hubo un paso. Los avances tecnológicos nos trajeron el DVD que mató al VHS y luego el Blu-ray que mató al DVD…pero eso no cambió el panorama…simplemente mejoró la calidad del contenido, no la forma de consumirlo.
La ventaja de los reproductores personales era que no había comerciales ni teníamos que acomodarnos a un horario de emisión. Podíamos incluso pausar o ver una película en varios horarios, no perdíamos nada con pausar y continuar después. Pero requería invertir dinero y tiempo en ir a un Blockbuster.
En esta realidad….nació la TV de paga. Unas veces TV satelital y otras por cable. Prometía lo que no lograban ofrecer las TV tradicionales. Diversidad de contenidos. Muchas ofertas eran canales exclusivos de TV de paga que no emitían en TV pública y en abierto. Ahí nacieron HBO, ESPN, Nat-Geo, History, Discovery…
Y algo de lo que hacían gala era la ausencia de publicidad. Los contenidos eran subvencionados por los mismos usuarios que pagaban su membresía.
Fue un boom que parecía imparable. Las compañías comenzaron a sufrir la fiebre de todo usurero. Cada vez era más caro sin ofrecer mejor experiencia. Pasamos de una situación donde la parte importante de este acuerdo era el usuario que mantenía el negocio….a ser simplemente un cajero del que sacar cada vez más dinero.
Hubo un momento en el que teníamos casi el mismo contenido en cualquier compañía de TV por cable o satélite. Así que para diferenciarse y tratar de ofrecer mejor contenido, algunas compañías comenzaron a hacer contratos de exclusividad con algunos canales. Así HBO solo se podía ver en ciertas compañías…por ejemplo. Esto llevó a que las compañías tenían que pagar cada vez más a esos canales por esa exclusividad.
Para compensar ese mayor gasto…recurrieron a la fórmula eterna de siempre….subir los precios, que fuese el mismo usuario el que lo subvencionase. Pero eso provocó una disminución de suscriptores que ya no podían costeárselos…y una redistribución de los mismos entre varias compañías que ofrecían menos contenido, pero a precios menos alocados. Algunos empezaron a justificar sus precios diciendo que su servicio ofrecía cientos de canales…al principio eso coló. Pero al poco, la gente comenzó a darse cuenta del engaño…sí, teníamos cientos de canales…de los cuales no nos interesaban ni el 98% de ellos pero por el que pagábamos igualmente.
Además…como hubo una bajada en el número de suscriptores, hubo que compensarlo de alguna manera. Aumentar más aun los precios y volvieron a las viejas mañas de monetizarse a base de publicidad. Al principio eran anuncios antes y después de emitir una película…molesto pero soportable…pero con el tiempo ya se pausaba la emisión para interrumpirla con anuncios. Al final muchos televidentes se regresaron a la TV abierta de toda la vida del señor porque la experiencia ya no era tan diferente y era gratuita.
En esta situación nace una oferta que parecía magia potagia..un verdadero sueño húmedo…NETFLIX.
Como toda gran empresa tecnológica, Netflix también tiene su "mito de nacimiento". Dice el mito que el creador de Netflix lo hizo enfadado porque Bolckbuster (la gran alquiladora de DVDs por aquel entonces) le cobró un recargo de 40 dólares por devolver tarde la película Apolo 13. Le pareció tan injusto que se puso a trabajar en un sistema que solucionase ese y otros problemas que molestaba mucho a la gente. En ese momento teníamos servicios de entretenimiento caros, abusivos, poco cómodos, sin tanta variedad como decían tener y con contratos de largo plazo insoportables.
Netflix venía a solucionar todos estos temas. Era un servicio acorde con los nuevos tiempos tecnológicos. Sin necesidad de invertir en una instalación. Accesible allá donde tuvieses una conexión a internet. Una inmensidad de contenidos. Sin horarios. Sin linealidad. SIN PUBLICIDAD. Siempre disponible…y a un costo accesible sin contratos…simplemente pago cuando quiero ver…si no quiero ver…no pago y listo...compromisos de un mes. Incluso con cuentas compartidas…el mismo Netflix lo alentó…¡¡¡comparte con tus amigos tu cuenta!!! nos decían.
Era tan bueno que mató al Blockbuster que le había cobrado 40 dólares de multa por Apolo 13.
Su cuota de usuarios se disparó a una velocidad y a un volumen alucinante. La TV de paga sufrió a tal punto que sus pérdidas fueron monstruosas (pero ellas mismas se lo buscaron).
El negocio parecía tan...pero tan bueno y suculento, que muchas compañías que centraban sus inversiones en la TV de paga, comenzaron a querer también una rebanadita de ese pastel.
Comenzaron a crear sus propios servicios de streaming tratando de emular a Netflix. Comenzó la guerra del streaming. Al principio les costó…pero a medida que empezaron a tener contenidos exclusivos y que comenzaron a retirar los contratos con Netflix…la cosa se puso suculenta. HBO, Disney, Paramount…todos comenzaron a retirar sus contenidos de Netflix para ofrecerlos en sus propios servicios. Ahí ya comenzó uno de los primeros problemas…la fracturación de contenidos que nos "obligaba" a tener que contratar varios servicios para ver lo mismo que antes veíamos solamente en una plataforma.
En un inicio no fue un problema crítico…los nuevos participantes competían como mejor se podía competir con Netflix…con precios competitivos y asequibles. No era tan grave pagar 150 por dos servicios en vez de 100 por uno si al final tenía el doble de contenido y además…contenido que querías ver. A veces tenían precios tan bajos que uno se preguntaba donde demonios estaba el negocio. Jugaban al perder para ganar. Estaban dispuestos a tener cierto nivel de pérdidas iniciales a cambio de hacerse con el mayor volumen posible de usuarios, con la esperanza de convertirlos en fieles y leales, momento en el cual comenzarían a tener beneficios.
Fue una corta época dorada. Tan asequible se volvió acceder a contenido legal que hizo lo que no se había conseguido con leyes y persecución policial…matar a la piratería. Proyectos tan populares como PopCorn Time…el dios de la piratería multimedia…con millones de usuarios, cerró sus puertas porque ya nadie los usaba…literalmente ese fue el mensaje de sus desarrolladores…la falta de interés y un nivel ínfimo de descargas de la aplicación.
Pero como siempre…el paraíso no dura eternamente y las cosas comenzaron a descojonarse al poco tiempo. Netflix comenzó a pelear por su posición privilegiada a base de billetera…invirtiendo cada vez más y más en proyectos exclusivos. Todo con el propósito de tener el mayor número de suscriptores posible. Pareciera que el valor de las plataformas se medía en cuota de mercado…en el número de suscriptores. Pero todo tiene un límite y los rivales comenzaron a hacer lo mismo….invertir cantidades indecentes de dinero en producciones que ni en los mejores tiempos de Hollywood se habían invertido.
Ya no se podía mantener el negocio simplemente con las cuotas a los suscriptores, cuotas que iban en aumento descontrolado para tratar de recuperar al menos en parte las inversiones realizadas. Y no fue un problema exclusivo de Netflix…eso se contagió a todas las plataformas…porque todas usaban las mismas estrategias.
Y nuevamente regresaron las prácticas morbosas de siempre.
Aumento de precios sin ofrecer un mejor servicio y experiencia al usuario. Menos contenido...incluso eliminación de películas y series. Introducir la maldita publicidad, no solo entre contenidos, sino en medio de los contenidos. Eliminación de las cuentas compartidas sin costo…al punto de penalizarlas y crear planes de cuentas compartidas…lo que antes promovían y alentaban…ahora las cobran como si fuese un favor que nos hacen.
Volvemos a tener casi lo mismo que teníamos en la época de la TV de paga.
Altos precios, fragmentación de contenido y exclusividad del mismo, mala experiencia a causa de la publicidad, menos contenido a causa de borrado de películas para evitar pago de impuestos, cada vez más contenido lineal (mucho de pago extra) y menos contenido bajo demanda.
Con este escenario donde el usuario vuelve a ser cajero automático. Donde los servicios de streaming son un negocio ajeno y no un placer propio…donde vuelven a ver al televidente como billetera y no como un activo al que cuidar…la piratería vuelve por sus fueros.
Poco a poco van resurgiendo sistemas de piratería para acceder a contenido multimedia que teníamos olvidados y parecían muertos.
Personalmente hacía años enteros que no usaba descargas por torrent ni visitaba páginas de contenido de películas pirata.
Pero ahora mismo tratar de ver todo el contenido que quiero ver implica gastarse un dinero indecente en 4 o 5 servicios de streaming diferentes…hacer lo mismo que cuando tenía TV de paga….gastar mucho dinero por un 98% de contenido que ni veo, ni veré ni me interesa.
Hubo un tiempo en el que estaba suscrito a prácticamente cada servicio de streaming…desde Netflix hasta Mubi, pasando por Disney, AppleTV y HBO. Hoy solo tengo Amazon Prime (y no solo por su servicio de streaming….sino por las ventajas de compras y envíos) y Netflix….el resto lo consumo…lo reconozco…por vías pirateras.
Proyectos como MagisTV (ahora XuperTV) irán surgiendo como champiñones. Seguramente más fuertes que el viejo PopCorn Time y no dudo que los torrent vuelvan a niveles interesantes nuevamente.
Esta fragmentación y a estos costos no ayuda a ser legales y tarde que temprano las mismas plataformas se darán cuenta que tampoco les ayuda al negocio. Tenemos por delante tiempos interesantes, tanto para la piratería como para los servicios legales, que si vuelven a dormirse en los laureles, terminarán como segundones a la hora de ofrecer entretenimiento como lo fueron en el pasado. Netflix demostró en su momento que no es la piratería el enemigo…sino su actitud abusiva, su mentalidad mercantil sin límites morales. La mayoría de la gente no tiene especial predilección por obtener entretenimiento gratuito…sino asequible. La gente no come frijol con tortilla porque le encante su sabor…sino porque no puede pagar por chuletas y langosta.
Lo que están haciendo ahora mismo es empapar de gasolina su impresora de dinero y están a un pasito de ponerle un cerillo encendido encima.
Ante este panorama tan fragmentado que resulta incosteable, no dudo que con el tiempo suceda lo mismo que sucedió son la TV de paga…que empezaremos a ver asociaciones de servicios empaquetados en productos unificados. La técnica del si no puedes contra ellos…únete a ellos porque la unión hace la fuerza…y la fuerza puede usarse para someter y abusar sin consecuencias.. Puede que no tardemos en ver paquetes donde tendremos en una misma plataforma y al mismo precio Netflix, HBO y Disney…será un Cable v2.0…pero ahora no vendrá por cable ni por satélite…vendrá a nuestras pantallas directamente de internet. En vez de un decodificador usaremos un pendrive tipo Fire TV o un Roku. No me resultaría descabellado que muchos servicios actuales y futuros ya no sean accesibles desde un navegador y solo emitan nuevamente a través de dispositivos físicos de streaming.
Ya veremos cómo evolucionan las cosas…de lo que sí estoy seguro es que esta situación no durará para siempre y que el ascenso de la piratería obligará a más de uno a espabilarse y que surjan nuevos proyectos que rompan la monotonía y le patee los huevos al imperio de los usureros del streaming como en su momento lo hizo un Netflix que ahora se ha convertido en lo que quería cambiar…se ha convertido en un enemigo del entretenimiento no en un difusor.
Ya me cansé de escribir.
Les dejo un saludo y el deseo de que sean felices como lombrices.

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