Sophie - La bebé que revolucionó la fotografía telefónica

11 de Junio de 1997. unas 2000 personas fueron espectadores del germen de una revolución digital que aun dura hoy. Ese día recibieron en sus correos electrónicos una fotografía de baja calidad (320x320 px.) de una recién nacida.



La foto la envió Philippe Kahn y la recién nacida era su hija Sophie.



Lo que no sabía ninguno de esos 2000 receptores era la ingeniosa y novedosa forma en la que se tomó y envió dicha imagen.

Tengamos en cuenta la época. La única forma de tomar fotos digitales era con las novedosas cámaras digitales que no tenían precisamente una gran resolución. No existía WiFi, así que la forma de poder compartir esas imágenes en Internet era pasando las fotos a un PC a través del cable especial de la cámara y a través del software exclusivo de esa cámara, previa instalación de los drivers propietarios que no siempre funcionaban bien.

Desde esa PC, subirlas a un servidor en Internet a través de la conexión telefónica y enviar un correo electrónico a los receptores con el link a la imagen. Y esperar que todo saliese bien y fluido a la primera.

Todo este proceso es lento de cojones.


Continuamente, los amigochos de Phillipe le solicitaban que en el momento del nacimiento de su hija fuesen informados al instante comentando la buena nueva. Cualquier ser humano en esa época hubiese usado un SMS para tal fin. Era la forma más rápida y actualizada de comunicación masiva.

Pero Phillipe no era un ser normal…era novedosito. Kahn fue CEO de Borland, posiblemente la compañía que más seriamente competía con Microsoft en ese momento.



En ese año fue despedido de Borland por diferencias en cuanto al manejo y objetivos de la empresa. Inmediatamente crea una empresa propia aprovechando los conocimientos adquiridos en Borland. Starfish Software pretendía ser una empresa de desarrollo de conectividad inalámbrica para empresas (no hablamos aun del WiFi, solo de conectividad inalámbrica local). La empresa sería adquirida por Motorola en el año 1998 por un monto de 325 millones de dólares.

Como propietario de toda esa tecnología, Kahn tenía en su casa un PC que usaba como servidor en el cual almacenaba imágenes, las cuales podían ver sus amigos y además les enviaba de forma automática un correo con cada actualización de contenido.

Como dijimos, Phillipe gustaba de ser novedoso y pensó que en vez de un soso e insípido SMS, sería fabuloso enviar la imagen de su hija recién nacida sin necesidad de tener que descargar la foto a su PC, pasarla a un servidor, etc, etc…..leeeeento…quería algo lo más inmediato posible. Pero la tecnología no colaboraba en ese entonces. En las largas esperas en el hospital, pensó que en realidad tenía todos los materiales necesarios…una cámara digital, un teléfono, una lap (de las de esa época), un servidor en su casa y un programa informático que enviaba automáticamente un aviso por email cuando se agregaba nuevo contenido en ese servidor.

Lo único que necesitaba era idear un método para unir todos esos gadgets y que se comunicasen entre sí.  Para cuando por fin nació su hija, Kahn ya tenía su prototipo listo para ponerlo a prueba…¡¡¡y funcionó!!!


Tomó la foto con su cámara digital Casio QV-10. Conectó la cámara a su lap para descargar la foto ahí. La lap estaba conectada a su teléfono Motorola StarTAC (para la conexión usó los cables de manos libres de su coche). Desde la lap envió la imagen a su teléfono como imagen GIF de 320x320 px. y desde el teléfono envió la imagen al servidor doméstico de su casa, el cual envió automáticamente una notificación por correo de que había una nueva foto, la cual fue vista por sus casi 2000 amigos que esperaban con ansia recibir un SMS y en su lugar recibieron la foto tomada casi en ese momento. Todo esto fué cocinado y sincronizado mediante software especialmente escrito por el mismo Kahn aprovechando sus conocimientos de programación.

La siguiente imagen es el equipo usado para tomar y enviar la famosa foto de Sophie:



Muy cavernícola todo…pero ingenioso a más no poder. Gracias al éxito de este experimento, Kahn comenzó el desarrollo de un sistema para integrar una cámara de fotos a un celular.

El prototipo se lo presentó a Kodak y Polaroid (los dos magnates de la fotografía) que tras consulta con sus respectivos asesores descartaron el invento pues consideraban que el futuro de la fotografía digital pasaba por las cámaras no por el teléfono que estaba diseñado para eso…para usarse de teléfono…Hoy es posible que todos y cada uno de esos asesores se estén picando los huevos.

Sin darse por vencido, Kahn hizo su lucha en Japón, donde una operadora llamada J-Phone quedó enamorada del prototipo. En 1999, J-Phone se asociaría junto con Sharp a LightSurf, la compañía que Kahn crea para desarrollar su nuevo invento, y lanzan al mercado el Sharp J-Sh04, un teléfono con cámara integrada que solo se vendió en Japón.



El gran error de Phillipe Kahn fue no haber patentado el invento (aunque las empresas creadas en torno al proyecto le hicieron igualmente muy muy rico). Esto hizo que otras compañías vieran un potencial a la vista y sería Nokia y su Nokia 7650 el primer teléfono con cámara integrada que se vendiera a nivel mundial con notable éxito.



Y desde entonces, la integración de cámaras en los celulares ha ido desarrollándose de forma intensiva hasta el punto de que ahora mismo se han invertido los roles y los smartphones son en realidad cámaras fotográficas con la función de teléfono integrada.


Sin embargo, aunque de forma consensuada se considera a Phillipe Khan el primero que usó un teléfono para el envío de una imagen digital, técnicamente ya habían existido experimentos y proyectos anteriores.

En 1994, Olympus había desarrollado la Deltis VC-1100, que si bien era una cámara de fotos y no un teléfono, integraba la posibilidad de enviar las imágenes a través de una conexión telefónica a Internet.



Y anteriormente, a principios de los 90, Alcatel había patentado un teléfono con una cámara de fotos integrada, algo que nunca llegó a ver la luz.

Pero ya sabemos que no siempre los pioneros se llevan las medallas, sino los que transforman paradigmas y alteran el mundo.



Sean felices como perdices y nos vemos en otra ocasión

Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, mira antes de cruzar la calle (Stephen Hawking)

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