El proceso habitual cuando instalamos una app desde Google Play es acceder a la aplicación desde nuestro teléfono, buscar la app, acceder a su ficha descriptiva y desde ahí pulsar el gran botón verde de instalar.
Pero hay una forma más rápida que curiosamente pocos conocen y si tu eres uno de los que ya lo sabías, casi seguro lo averiguaste de forma casual.
El proceso es similar, pero con menos clics.
Hacemos la búsqueda habitual para ubicar la app que queremos. En los resultados, en vez de pulsar en el icono de la app que queremos instalar y esperar a que se abra su ficha descriptiva, pulsamos encima del icono y mantenemos pulsándolo unos segundos hasta que aparezca una ficha en la parte inferior de la pantalla, la cual nos permitirá instalar directamente la aplicación.
Si ya la tenemos instalada, el botón de instalar cambiará de función, permitiéndonos iniciarla.
Es una forma más rápida de instalar una app si ya tenemos claro que queremos instalarla y la información o descripción de la misma no nos interesa. Simplemente nos ahorra unos clics y unos segundos de tiempo. No es una mejora espectacular, pero este truco nos demuestra que Google muchas veces tiene funcionalidades experimentales poco documentadas y que por misteriosas razones mantiene activas.
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