En el lejano año del 2001, un tal Bram Cohen desarrolla un protocolo de intercambios de archivos denominado bittorrent, que traducido a la ligera podría significar algo así como torrente o cascada de bits.
Un torrent es el archivo en sí que será usado por los clientes que usan el protocolo bittorent. No es realmente el archivo que se intercambia, sino un archivo construido en base a una serie de metadatos con información diversa, principalmente con información acerca de donde se ubican las diferentes piezas o partes del archivo compartido.
Así que en realidad, un torrent simplemente es como una lista de ubicaciones donde se encuentran diferentes partes de un mismo archivo, no el contenido del archivo en sí. Podríamos escribir varios artículos describiendo un torrent…pero este no es el tema de este tutorial.
Como todo protocolo, bittorrent no sirve para nada si no hay un programa cliente que administre y maneje el protocolo y los archivos torrent. Brian Cohen desarrolló el cliente BitTorrent (que original) precisamente para ese fin…que mejor que el autor del protocolo para crear el programa. Inicialmente fue un programa freeware…pero pronto quiso monetizarlo y se convirtió en una aplicación de pago…en realidad era freeware, pero con muchas opciones capadas y con multitud de spam y cosas peores. Esto hizo que surgieran clientes alternativos gratuitos como setas. Entre todos ellos destacó µTorrent, desarrollado por un tal Ludvig Strigeus en el año 2005. Su popularidad fue tal, que parecía ser el único cliente torrent en la galaxia. Ante este panorama, BitTorrent se quedó en el ostracismo y viviendo en la cuneta (¿pagar por lo que otro me da gratis y mejor?...no gracias). Y es que µTorrent no solo era gratuito y libre de publicidad…sino que era mejor que el BitTorrent de pago.
Hay varias formas de enfrentar este tipo de problemáticas…una es atosigar a tu rival en tribunales….sean o no verdaderas las denuncias de todo tipo (es lo que suelen hacer gigantes como Apple, Microsoft, Acrobat, etc…), pero requiere de dineros y tiempo. Otro es mejorar tu propuesta…pero no siempre eres lo suficientemente mejor que tu rival, que encima tiene el beneplácito del populacho…recobrar prestigios perdidos es complicado. Otra es simplemente…comprar a tu rival y confiar en el poderoso don dinero y ofrecer una cifra tentadora. Eso es lo que hizo Bram Cohen y en el 2006 compra µTorrent tan solo un año después de su éxito.
Una vez con tu oponente en tus filas, también tienes varias alternativas a seguir. Puedes eliminarlo de la faz de la tierra y el universo o absorberlo en tus desarrollos. Cohen hizo un híbrido. Decidió mantener vivo µTorrent (¡¡cómo no aprovechar el inmenso poder de todos los usuarios cautivos!!) y transformar BiTorrent en un clon de µTorrent. Y desde entonces tenemos dos opciones casi idénticas. Normalmente es µTorrent donde podemos ver experimentos y pruebas de nuevas opciones y características que luego se incorporan a BitTorrent. Así que µTorrent se ha convertido en un laboratorio de experimentos y BitTorrent se conforma con ser más estable aunque con menos opciones (solo notables para los "profesionales" del protocolo bittorrent).
Para terminar este extenso pero iluminado prólogo, les diré que en el año 2018, BitTorrent (y µTorrent) pasan a formar parte de la empresa Tron Foundation, creada por Justin Sun por el módico precio de 140 milloncejos de dólares americanos de américa.
Personalmente prefiero otras alternativas y me decanto por el extraordinario qBittorrent…gratuito y sin spam ni publicidades. Es lo que debería ser µTorrent si hubiese continuado como aplicación gratuita y de código abierto.
Sea como sea, hay quien sigue enamorado de µTorrent y lo prefiere a otras alternativas. Existen dos versiones, una totalmente gratuita y otra Pro de pago. La diferencia está en que en la gratuita nos topamos con publicidad en su interfaz (lo que hace que el programa sea más lento de lo que debería y posiblemente mucha de ella recopiladores de datos). No tiene un reproductor integrado, un escáner de malware…y así varios detalles. Para los que simplemente queremos un cliente para descargar sin más historias, nos vale la versión gratuita, pero comernos toda esa publicidad…como que no apetece mucho…sobre todo cuando tenemos alternativas igual o mejores sin publicidad y de código abierto.
Las viejas glorias nunca mueren…y a pesar de todo lo anteriormente comentado, hay muchos que prefieren seguir confiando en µTorrent. Me he encontrado por esas veredas del Internet con varias versiones de µTorren pirateras. Yo no las recomiendo, pero cada quien…Efectivamente, esas versiones activan la versión Pro sin publicidad, pero ya sabemos de los riesgos de usar programas pirata. Algunos la instalan, no porque quieran las opciones de la Pro…sino que lo que quieren es deshacerse de los banner de publicidad. Si con la versión free te arreglas, veremos ahora como eliminar, de forma nativa, toda publicidad de µTorrent sin pasar por caja u opciones pirata desde el mismísimo programa.
En µTorrent pulsamos en Opciones, y en el menú emergente, en la opción Preferencias
En el panel de Preferencias, seleccionamos el apartado Avanzadas.
Veremos una serie de ajustes. La mayoría con valore true/false.
Buscamos los siguientes ajustes y les damos el valor FALSE a todos ellos:
- bt.enable_pulse
- gui.show_notorrents_node
- gui.show_plus_upsell
- offers.content_offer_autoexec
- offersfeatured_content_badge_enabled
- offers.featured_content_notifications_enabled
- offers.featured_content_rss_enabled
- offers.left_rail_offer_enabled
- offers.sponsored_torrent_offer_enabled
Es posible que algunos ya estén configurados como False.
Una vez modificados los valores anteriores, pulsamos en OK para validar los cambios y salir de esa pantalla
Y veremos que los banner de publicidad desaparecen de la interfaz de µTorrent.
Como vemos no es complicado y no necesitamos aplicaciones de terceros ni versiones truchas…todo por lo legalito.
De todas formas, repito que µTorrent, a pesar de que tenga un historial de fama y el cariño de viejas glorias, no es la opción que yo recomendaría en primer lugar.
Sean felices como perdices…y si tienen espejito…ahí se ven
Si no puedes convencerlos...confúndelos
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